“Limpiando la oscuridad del Alma”

 “El odio en los conflictos de poder”

Escrito por Solia Ma. Centeno de Baglivo

Santa Cruz de la Sierra, 21 de Enero del año 2018

Cuántas veces hemos hablado o hemos escrito palabras con sentimientos de odio en el corazón? En lo personal muchas veces, sobre todo en situaciones que escapan del control personal, aquí esta el pequeño detalle en sentir que “no puedo controlar la situación”,  el instinto natural del ego es buscar el “control”; si no existe educación emocional, “perder el control” significa perder la paciencia, caer en la intolerancia y generar abismos en la comunicación.

Si estudiamos el origen de la palabra “odio” en el internet el diccionario Wikipedia lo define como “sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su objetivo”. Esta definición nos muestra la raíz de la emoción que origina el sentimiento, impulsada por los botones reptiles de “control”, “dominación” y “pertenencia”, ya que al “rechazar a una persona o cosa” estoy asumiendo que “tengo la razón”, una manera subliminal de reconocer que “tengo el poder” ó “quiero el poder” y automáticamente estoy descartando al contrario, de hecho la actitud de no aceptar el punto de vista contrario me lleva a la “polaridad”, a la “división”.y fortalecer el “egoísmo”.

Mientras más “división” de pensamientos se genera más conflicto en las relaciones humanas, cada parte defenderá su posición e intentará convencer a la otra parte, en los conflictos de poder se llega hasta la imposición de criterios sin dar lugar a la réplica o a escuchar a la otra parte, estas conductas generan reacciones de enojo, odio, hasta la convulsión y violencia física o agresión verbal en casos extremos. La historia está llena de crónicas rojas de violencia generada por conflictos de poder, intolerancia y división de pensamientos desde el ámbito familiar, hasta el social, religioso y político.

La reacción de rechazar a una persona, cosa ó pensamiento,  lleva a reflexionar en el “ego personal”, es decir que al rechazar pensamientos contrarios estoy demostrando ser egoísta e incapaz de encontrar un punto medio o “central” entre lo que rechazo y lo que quiero imponer. Al querer imponer mi criterio estoy actuando igual que la persona contraria que ocasiona mi rechazo. Interesante razonamiento para entender que en la medida en que tolere el espacio del pensamiento de los demás en la misma medida recibiré tolerancia con mis pensamientos.

La nueva tendencia en las relaciones humanas para trascender el odio es aprender a escuchar y evaluar los pensamientos y actos contrarios, la tolerancia y paciencia en ponerse en el lugar del otro, y comprender las razones que motivaron a expresarse de esa manera. Encontrar el punto medio, centrarse en la neutralidad, llegar a un acuerdo donde ambas partes hacen concesiones, o realizan evaluación de puntos a favor y/o en contra de cada idea contraria, esta conducta es sinónimo de educación emocional, de evolución social, prácticamente se solucionan los conflictos sociales y se genera una nueva tendencia: la conciliación.

La conciliación es una manera de solucionar conflictos y diferencias, una gran escuela para aprender a ser objetivos y claros en la exposición de las ideas, pensamientos y criterios, en razón a que las partes en conflicto tienen que exponer sus ideas de frente, expresándose con la sinceridad de los ojos, utilizando las palabras de manera transparente y manteniendo la cordialidad entre partes. Quien se enoja y evita conciliar demuestra que aún está dominado por el egoísmo y necesita seguir trabajando en el autoconocimiento hasta aprender a expresar las emociones sin que afecten las relaciones humanas.

Si considero que mis pensamientos tienen más relevancia que los contrarios, entonces tengo que aprender a comunicar las ideas, a expresar los sentimientos en palabras, a mantener equilibrio en la entonación y la expresión corporal para proyectar claridad, coherencia y objetividad al expresarme. De manera que la coherencia entre las palabras y sentimientos generen tal armonía que llamen el interés y la atención del contrario, la buena actitud genera ganas de escuchar y considerar las ideas.

¿Qué pasa cuando ambas ideas tienen elementos de criterio contundentes, cómo definir un punto medio o cómo saber cuándo ceder?, se toma en cuenta el beneficio que cada idea provoca ante la comunidad, es decir mientras más personas se beneficien en una propuesta y se genere más felicidad y armonía esa idea merece ser considerada.

Si el odio es profundo en el corazón y es inevitable sentirlo y expresarlo, es señal que la herida emocional es profunda, la persona sigue sufriendo el dolor de la experiencia que le generó el daño emocional, en estos casos hay que buscar ayuda profesional para limpiar las emociones y trascender el odio hasta transformarlo en “experiencia”, pasar del dolor al “aprendizaje”, entender que la vida está llena de “experiencias” para “aprender a vivir” en “neutralidad”, pasar de ser protagonista a ser “observador” de la experiencia.

Desarrollar el arte de la comunicación y la educación emocional para sentarse con el contrario a definir criterios y encontrar puntos en común, es el desafío de todo ser humano interesado en desarrollar el arte de las relaciones humanas.

Cuando dejamos de buscar culpables, cuando dejamos de pretender que los demás cambien su forma de pensar o actuar, cuando asumimos la total responsabilidad de la consecuencia de los actos y de la vida que nos toca vivir, es señal de evolución y de trascendencia como ser humano.

Permitir que el odio invada el corazón por tiempos prolongados es una tortura para el alma, se convierte en una carga pesada que genera reacciones de susceptibilidad y desconfianza en el proceso de la vida, atrae pensamientos y reacciones oscuros, conductas agresivas y pérdida del control de las emociones, aleja a los seres que nos aman, ocasionan el deterioro lento de la salud y aceleran las marcas del envejecimiento en el rostro, aumenta la presión sanguínea y acelera el ritmo cardíaco, hasta llegar a enfermedades crónico degenerativas en el sistema nervioso y digestivo llegando a colapsar el corazón, el cerebro y el estómago.

Se pueden utilizar el deporte, el arte y la música para transformar la energía del odio en “creatividad”. Ahora Revisemos el interior: ¿Existen sentimientos de odio en el corazón cuando recuerdo experiencias de agresión física y/o verbal o de circunstancias que me ocasionaron dolor? ¿tengo el hábito de transmitir odio cuando expreso mi disconformidad? ¿tengo el hábito de escuchar y considerar los puntos de vista del que piensa diferente? ¿Soy parte del problema o soy parte de la solución?

Estas listo para enfrentarte a ti mismo y hacerte las preguntas? Estas listo para descubrir las respuestas?

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